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  • Trahn: El retorno de la Bestia / 11 agosto 2003

    Buenos días, amigos y desconocidos.
    Una rápida actualización de prueba, sólo para confirmar que aún me acuerdo de cómo se tecleaba. Y para comprobar cuántos de ustedes siguen abriendo cada día este diario con una chispita de ilusión en los ojos, que inmediatamente desaparece y deja paso al fastidio más profundo. Espero poder volver muy pronto con todos ustedes. Hasta entonces, disfruten de la breve y sangrienta historia literaria que les ofrezco. Están locos, estos franceses.

    [...] un mismo manuscrito de Clermont-Ferrand conserva dos cantares narrativos, La vida de San Leodegario (La Vie de Saint Léger) y una Passion, redactados ambos en la segunda mitad del siglo X. Leodegario (Léger) es un personaje histórico, abad de Saint-Maxent y obispo de Autun, envuelto en la intriga política de la corte merovingia del siglo VII. Los acontecimientos enfrentaron al prelado y a Ebroin, mayordomo de palacio, partidarios de distinto candidato al trono, y en su azaroso desarrollo hubo venganzas de una violencia y crueldad indescriptibles, que se saldaron con una condena del sínodo venal de Villeroy contra el obispo, al cual, tras presenciar la lapidación de su hermano, se le arrancó la lengua y cortaron los labios, siendo secretamente degollado en un bosque entre los años 667 y 679.

    Espero que Mel Gibson no esté leyendo este diario, porque ya veo a Tim Roth ejerciendo de cruel mayordomo, y al propio Gibson con ornamentos sacerdotales y cara de “qué mal me encuentro pero qué bien lo hago todo“. Blergh. Yaveh Elohim le confunda y le mande una plaga de langostas en mal estado, por deshonrar el nombre que llevaron con dignidad Mel Brooks y Mel Ferrer. Y hasta Mel C de las Spice Girls, joder.

    -Otras cuestiones:

    *El hallazgo lingüístico de la semana:

    Tendría que haber sido algo en francés, pero no crean que nos alejamos demasiado de las lenguas romances. Hace un par de semanas leí algo acerca de las supersticiones asociadas a la menstruación. Nada respecto al olor de las nubes, sentirse chof, subirse a un autobús con los más patéticos descendientes de Kareem Abdul-Jabbar o descubrir la belleza de ser mujer. Las tribus sin romanizar viven repletas de parásitos, tienen que recorrer kilómetros para encontrar un buen champú y corren el riesgo de acabar en un reportaje de nosolomúsica (Tanzania: el corazón de África. Beck: rompedor. Nos vamos al festival de cine agropecuario de Almendralejo, una cita que no puedes perderte), pero al menos están libres de los anuncios de Leonor Watling, Silke y demás pencas delgadas, vestidas de colores y encantadas de andar por ahí menstruando como si no hubiera un mañana.
    Pero a lo que íbamos: la lista de catástrofes que desencadenaba una mujer goteante era nutrida y extravagante, y entre los asuntos domésticos figuraba el palabro que hoy les ofrezco, y que seguramente les suene de algo sin son ustedes gallegos o versados en la cosa latina. “El pan amasado por una mujer en sus días impuros no LEUDA“. Ya saben, no fermenta, no sube. ¿Lo habían oído antes? Vaya, pues qué enteradillos.

    *El ser más bello de la semana:

    Con la cantidad de tiempo que hace que no abro este diario ni para regocijarme en los interesantes comments que me dejan ustedes, esta sección se me queda obsoleta no ya cada semana, sino cada cuatro días. Permítaseme entonces hacer tres rápidas menciones: Antoine (quizá le recuerden de actualizaciones anteriores), que siguió mi consejo, se cambió el nombre, volvió al norte y sigue teniendo el mejor pelo que vieron nunca los años ochenta; el Barón Morguenstein, con quien acabo de iniciar una fructífera relación de intercambio de libros, fetiches y exabruptos, y last but not least, O Satán que leva traxes elegantes, un amigo recién iniciado en los placeres del diario virtual, a quien pueden leer en el link que adjunto: http://trakl.blogspot.com/. Si quieren iniciarse en las intrincadas conexiones que unen a Pocholo Martínez Bordíu con Su Desequilibrada Majestad Alesteir Crowley, vayan, lean y pásmense de la lucidez de este muchacho.

    *Qué estoy leyendo y por qué ustedes deberían leerlo también:

    -Breve historia del traje y la moda: lo escribe James Laver y lo edita Cátedra. Para aquellos de ustedes que, como Quien Suscribe, son incapaces de distinguir un chal de una pashmina, ignoran por completo las connotaciones del término “drapeado” o viven fascinados por la mera existencia de Ágatha Ruiz de la Prada, este libro resulta absolutamente imprescindible. Los que gusten del anecdotario histórico disfrutarán con detalles como la sandalia encontrada en el Bajo Egipto y del todo similiar a las utilizadas en Grecia por las cortesanas, cuya suela estaba tachonada de clavos, dispuestos de tal forma que al caminar dejaban inscrita en el suelo la palabra “Sígueme“. Léanlo y epaten la noche de los Oscars, explicando a la atónita concurrencia el efecto que produce un vestido de chiffon en las curvas de su portadora. Lo de Björk y el vestido de cisne ni se molesten en intentarlo.

    Y eso es todo. Un placer volver a estar con todos ustedes. Igual en algún momento les cuento lo que me ha ocurrido y cómo tengo el pelo ahora, que es para no dar crédito.
    Tengan cuidado ahí fuera.
    Trahn.

    Un comentario

    1. Escrito el día 16 mayo 2015 a las 1:21 am | Permalink

      Me ha encantado tu texto. Hace al menos 6 años que padezco
      lo mismo. Te entiendo.

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