Lector Constante

.

Buenas noches, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes.
Sujeten a los perros, Amigos, porque la cacería ha terminado: sean bienvenidos al nuevo hogar del Lector Constante, el definitivo punto de encuentro entre su paciencia y mi verborrea. Alegría, alborozo y una piñata, señores. Y mil disculpas a los que esperaron y esperaron durante todo este tiempo el retorno de su Indolente e Inconstante Lector Constante. Casi seis meses de inexplicable ausencia, que ya hace falta cuajo. No tengo perdón ni vergüenza. El que nace lechón, dice el refranero popular, muere cochino. Otra versión, ésta de mi difunta abuela, dice que la que nace puta, muere mamando. Así que les exhorto a prestar poco oído a mis protestas de frecuencia y constancia en el escribir, porque ya no me las creo ni yo. Vengan cuando puedan y yo actualizaré cuando ídem.
Dicho lo cual, paso a contarles cómo son las cosas en el nuevo local. Echen un vistazo a la derecha de la pantalla. No, no. La otra derecha. Ahí. ¿Ven? Ésas son las categorías del Nuevo y Perfeccionado Lector Constante y cumplen la siguiente función:

• La exhibición de atrocidades: la sección principal del Lector Constante. Aquí encontrarán todo lo no clasificado en otras secciones. Hallazgos lingüísticos, imágenes de las que valen más que mil palabras, historias sobre esto y aquello otro, verdades como puños, mentiras como catedrales y, en resumidas cuentas, todo lo que me apetezca contarles, que no es poco.
• Lo que ustedes deberían leer: la vieja sección de recomendaciones. Su Guía para Navegar por la Mar Océana y Literaria. Incluirá, como en el viejo lectorconstante, portada, título, autor, traductor, ilustrador y editorial del libro recomendado, amén de otros datos que pudieran ser de interés, tal que el precio, el lugar de adquisición o la cantidad de personas que lo han leído, han visto la luz y han entregado su vida al estudio del teatro inglés de fin de siglo. Por ejemplo.
  Y como la mies es mucha y los segadores pocos, las recomendaciones especiales tienen sus propias secciones:
• Cuidado con el Ojo Reptante: la zona muerta y la dimensión desconocida. Un lugar oscuro para asuntos oscuros, donde hablaremos de la literatura de terror, horror, fantasía, misterio, suspense y escalofrío. La Biblioteca Constante se pasa por el forro la división de la literatura en géneros puros, así que en esta sección encontrarán un poco de todo lo que puede leerse o contarse ante un fuego de campamento o una chimenea en la noche de Difuntos.
• ¡Quita, bicho!: donde se confirma que no estamos solos en la galaxia, Amigos. Kowalski, la Rata Constante de la Biblioteca Ídem, se complace en presentarles esta nueva sección, donde podrán deleitarse con la historia, la vida y las costumbres de las sabandijas, las alimañas y todas las bestias reales e imaginarias que en el mundo han sido. Bzzzzzzt. Groooarrh. Grrrrñieks.
• La estrella extravagante: el lugar en el que el Lector Constante rinde tributo a las vidas extraordinarias de sus semejantes. Esos señores que vivieron como si no hubiera un mañana, y en algún momento dijeron: que me quiten lo bailao. Esas señoras que vivieron como si no hubiera un Dios justiciero, y en algún momento dijeron: ahí me las den todas. Esa gente que no fantaseaba en el metro con una vida completamente diferente, porque bastante tenía ya con lo suyo. Las estrellas extravagantes, Yaveh les dé la paz y la alegría (o todo lo contrario).
• El gato esperó un rato: una nueva sección, dedicada exclusivamente a glosar y recomendar poesía. No ha sido fácil incluir esta sección, Amigos, porque soy consciente de que pisamos un hielo muy, muy quebradizo. La poesía, como todos sabemos, es un arma cargada de pose y de chorradas. Y además, por aquello de que rima, se te queda pegada al cerebro durante días y se resiste con uñas y dientes al desalojo. Los que aún están intentando olvidar atrocidades como “Dos drogadictos en plena ansiedad/ roban y matan a Mario Postigo/ mientras su esposa es testigo/ desde el portal“, me darán la razón.
  Esta sección, por tanto, tratará únicamente de la poesía que merece el respeto del Lector Constante. La poesía insólita, absurda, divertida o estremecedora. Los versos que pueden ser recitados de pie sobre una mesa desvencijada, con un copazo en la mano y un montón de amigos vociferantes alrededor. Porque todo lo que rima es verdadero.
• Por ahí te pudras: el hogar del juramento, la barbaridad, el exabrupto, la maldición, la blasfemia, el insulto, el venablo y la injuria. Porque no ofende quien quiere, sino quien puede y yo deseo que los Lectores Constantes puedan, porque deben. Miren a su alrededor: ¿no está el mundo repleto de criaturas con la inteligencia justa para pasar el día? ¿No apetece ponerlos a caldo? Pues claro que sí. Visite nuestra sección especializada y suelte por esa boca tan negra salvajadas sin cuento. Y luego corra, desgraciado, que se juega la vida.
• Querido Lector Constante: el consultorio especializado del Lector Constante. Tenemos, como habrán observado, una estupenda opción para dejar comentarios, que ustedes pueden y deben usar a discreción. Pero es posible que algunos de ustedes, almas tímidas, tengan cierto reparo en mostrar públicamente su devoción por el Lector Constante o su absoluto desacuerdo con lo que han leído. También es posible, aunque harto improbable, que los más hermosos de entre ustedes vivan deseando entregarme su libre albedrío, para que yo haga con ustedes lo que se me canten ganas. Y, desgraciadamente, también es posible que nuestra sección de comentarios se sature de spam o, lo que es peor, de espantosos textos repletos de faltas de ortografía. Y usted no querrá que su comentario se codee con lo peorcito de la red, ¿verdad? Por todo esto, pueden escribirme en privado empleando la dirección de correo que sigue: lectorconstante@gmail.com. Prometo pronta respuesta, donde *pronta* significa: “tan pronto como el curro, el ocio y el cuidado de Kowalski me dejen libre para responder”, naturalmente.

Con esto termina la exposición de categorías. Están todavía sujetas a posibles cambios y serán revisadas y perfeccionadas a largo plazo, porque a corto plazo tengo pensado preparar una ensalada para mí y para Kowalski, ver una película de Brando y dormir. También espero añadir alguna más en el futuro, tal que la muy esperada Cualquier tiempo pasado fue anterior, sección que agrupará los viejos textos de Trahn, de Nikos, de atrocidad y del antiguo lectorconstante, y que los antiguos usuarios de esos lugares han solicitado en repetidas ocasiones. Qué vicio más feo me han cogido, carape.

No crean que exagero si les digo que es un placer volver a estar con ustedes. Tengo montones de cosas que contarles, vaya que sí, y espero disfruten tanto leyéndolas como yo disfruto escribiéndolas. Disculpen, ustedes que tantas cosas disculpan, la informalidad de Quien Suscribe, y sean benévolos con esta primera entrada. I think I’ve lost my mojo, como decía la canción, y bien que me jode. Hasta que recupere el callo que he perdido por estar tanto tiempo alejada del Lector, sean indulgentes con los fallos.

Créditos y nos vamos:

• El registro del dominio, la presentación del blog y el diseño de las ilustraciones que encabezan cada categoría son cortesía de la bella siam. La patada en el culo que yo necesitaba para volver con todos ustedes también es cosa suya. Pueden echarle un vistazo a su trabajo en el enlace siguiente, que también está a la derecha de la pantalla: http://www.artkanna.com
• El dibujo original en el que se basa la ilustración que encabeza la categoría Cuidado con el Ojo Reptante es obra del maestro Circuitry. Vean.
• Este hermosísimo Ojito Reptante y otros trabajos del autor pueden verse en: http://www.tensiondigital.com
• El material de lectura que verán reseñado procede, salvo que se indique lo contrario, de libros editados en papel, que tienen un autor y un editor que serán convenientemente identificados. El uso de ese material no pretende producir ni produce lucro alguno al Lector Constante. Vamos, que yo lo copio y lo comento con la única intención de que los Lectores Constantes se pasmen y corran a comprarlo, salvando así a su autor de una muerte segura por inanición. Tampoco estaría mal que visitasen las bibliotecas públicas y privadas, o que hicieran uso del préstamo, el intercambio y el robo, pero eso ya queda entre ustedes y sus negras conciencias.
• Las fotografías que acompañen a los textos son, salvo que se indique lo contrario, hechas en casita y con mi propia cámara. Su escasísima calidad dará prueba fehaciente de ello.

Con esto terminamos por hoy, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes. Bienvenidos a casa.

Tengan cuidado ahí fuera, donde el Lector Constante lee y se regocija.