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  • La academia de la Real Lengua

    Buenas noches, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes.

    Tengo mucho que contarles y muy bueno. Lo haré mañana, entre el primer café de la mañana y el tercero, que es como me gusta a mí escribirles estas cosas. Ahora mismo no soy persona, mucho menos Lector Constante. Mañana, mañana será otro día y que el diablo se lo lleve.

    Hasta entonces, noticias del diccionario. Sé que no es muy ortodoxo colarles como actualización algo que pueden leer en cualquier periódico, pero el que esté descontento, que venga a protestarle a mi cadáver.

    ***

    Las 22 Academias de la Lengua Española han incorporado al Diccionario académico voces coloquiales como “animal de bellota”, “cuerpo de jota”, “modernez”, “fisio”, “neura” y subidón”; términos usados en América como “aeromoza” y “nocaut”, y expresiones más propias de España como “perder aceite” o “rebotar”.

    Estas son algunas de las 4.618 modificaciones que desde junio de 2004 hasta diciembre de 2006 han ido aprobando estas instituciones y que, a partir de ahora, se podrán consultar en la página web del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que recibe un promedio de 750.000 visitas diarias.

    Una amplia selección de novedades, entre las que figuran términos informáticos tan usados hoy día como “colgar”, “descargar”, “maximizar” o “minimizar”, fue presentada durante la inauguración del Centro de Estudios de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, en un acto que estuvo presidido por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

    Los avances tecnológicos permiten la constante actualización del DRAE y, así, desde que se publicó la XXII edición del Diccionario en 2001, las Academias han incorporado a la página electrónica un total de 17.310 modificaciones, de las cuales unas 5.000 son voces y acepciones nuevas.

    Atentos a cómo se habla en la calle

    Los académicos suelen estar atentos al lenguaje de la calle y si hace unos años habían admitido expresiones coloquiales como “vender la burra” o “comer la moral”, ahora le dan entrada a “animal de bellota” (“persona ruda y de poco entendimiento”), “cobardica” (persona timorata), y al buen humor y ganas de divertirse que supone tener “cuerpo de jota”.

    Al ámbito coloquial pertenecen también los términos “fisio”, (fisioterapeuta), “modernez” (forma despectiva de aludir a la modernidad), “neura” (persona “muy nerviosa, obsesiva y maniática”), “nota” (individuo), “subidón” (de fiebre, por ejemplo) y “paganini”, es decir, “la persona que paga, generalmente por abuso, las cuentas o las culpas ajenas”.

    El Diccionario hace tiempo que dejó de reflejar sólo el español de España y cada vez incorpora más voces procedentes de América. En la lista de novedades difundida hoy figuran algunas como “aerobismo”(deporte consistente en correr al aire libre), “aeromoza” y “aeromozo” (azafata y azafato de aviación), “bluyín” (pantalón vaquero), “blúmer” (braga) y “panti” (leotardo), y “nocaut”, es decir, ese “golpe que deja fuera de combate” al que lo recibe.

    También se incorporan voces y expresiones habituales en España, como “perder aceite”, que, en sentido irónico, alude al hombre que muestra “maneras de homosexual”; “animal político”, esa persona que “revela cualidades innatas para el ejercicio político”, y el tan habitual “canguro” que se encarga de cuidar a los niños en ausencia de los padres.

    “Rebotar”, es decir, “enfadarse vivamente por palabras o acciones de otros”; “deportivas” (zapatillas de deportes), “guadianesco” (que aparece y desaparece) y la coloquial “de culo” (hacia atrás), son expresiones empleadas igualmente en España.

    También voces cultas

    Pero que no se preocupen los amantes del lenguaje culto, porque las Academias le han dado el visto bueno a voces como “fátum” (hado), “iridiscencia” (“reflejo de colores distintos, generalmente como los del arcoíris” —palabra, por cierto, que figura escrita así en el informe, pero que aún no consta como vocablo compuesto en el diccionario—), “promisor” (prometedor), “reminiscente” (que evoca a alguien o algo anterior en el tiempo) y “sapiente” (sabio).

    El Diccionario se ha visto enriquecido además con numerosos términos técnicos. De la informática llegan “bajar”, “bus”, “navegador” y “subir”, y del ámbito legal proceden “inadmitir”, “publificar” y “supletorio”.

    A campo de la medicina pertenecen “anfetamínico”, “artroscopia” y “colonoscopia”; al de la física, “convector”, “ionizar” y “excitar” (“hacer pasar un electrón de un nivel cuántico a otro más elevado en un átomo o molécula”), y de la química proceden voces como “anodizar”, “biogás”, “interfase” y “lisérgico”.
    ***

    Pásmense conmigo, si también creían que cobardica, por decir una, estaba ya en el diccionario desde hace muchos años. Cualquier día me entero de que tampoco está fosfatina. Dios santo, ¿estará? Voy a comprobarlo. Ustedes lean, lean y vayan mañana a ver el Tenorio que se representa al aire libre en Alcalá de Henares. No se van a arrepentir. Créanme.

    Tengan cuidado ahí fuera, donde Mejía y Tenorio cruzan espadas.

    3 Comments

    1. Escrito el día 1 noviembre 2007 a las 2:49 am | Permalink

      No debo de salir lo suficiente a la calle, porque es la primera vez que oigo “comer la moral” y “paganini” (a lo mejor es cosa regional). Preciosa la palabra “arcoiris”; se ve que también les gusta a los académicos, aunque aún no se hayan animado a incluirla en el DRAE.

      ¿Y para cuándo “distopía”? Algo tan actual…

      Esperamos ansiosos ese intermedio entre cafés.

    2. Lyllith
      Escrito el día 1 noviembre 2007 a las 1:12 pm | Permalink

      Hablando de términos informáticos, la mayoría están pobremente descritos para mi gusto, pero claro, eso lo escribe gente que no es informática…
      Pero dejando el pefeccionamiento de definiciones a un lado, me parece aberrante que se intente castellanizar una palabra inglesa como es CD-ROM y que, a pesar de estar contemplada en el diccionario como siglas que son, además aparece como: cederrón. Eso me hace casi tanto daño a la vista como ver mayúsculas sin acentuar (sí, señorita Ingram, yo también soy de su club). Ya que lo castellanizan, que por lo menos mantengan la “m” final. La “n” me resulta ridícula, aunque supongo que la decisión de escribirlo así obedecerá a reglas de castellanización (no sé si oficiales o no) que usan los dinosaurios de la RAE y que son desconocidas para una servidora.
      En fin, qué le vamos a hacer.
      Por favor, no deje usted de actualizar, que parece que ya ha vuelto a coger carrerilla después de tanto tiempo (y una que está encantada).

    3. QuejoN
      Escrito el día 11 mayo 2009 a las 10:04 am | Permalink

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