• Categorías
  • Preguntas y respuestas

    Buenas tardes, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes.

    Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido: hoy vamos a hablar un poquito de guión, porque algunos de ustedes lo pidieron y porque es un tema con el que me puedo tirar horas dándole la turra a todo el mundo en la vida 3D. Y también porque llevo poco tiempo en esto del guionismo y siempre me faltan conocimientos, así que escribir esto me obliga a repasarlos cuidadosamente, para no decir ninguna barbaridad que a ustedes les confunda y a mí me haga quedar como un cochero. Y todos felices.

    Como no sé muy bien qué contarles respecto al guión, recurrí a los Amigos y Desconocidos Lectores Constantes para saberlo. Les pedí que me preguntaran cualquier cosilla por la que sintieran curiosidad y así lo hicieron. No sé si tendré respuesta para todo, pero por lo menos puedo intentarlo. Si lo está leyendo algún compañero guionista y quiere matizar, corregir o ridiculizar alguna respuesta, por favor, no se corte: vaya a la sección de comentarios y diga lo que guste. Ya digo que llevo poco en este trabajo y que hay cantidad de cosas que ignoro, así que si usted tiene una respuesta mejor, yo aprenderé y los Lectores Curiosos aprenderán también. Y, de nuevo, todos felices.

    Con ustedes, las preguntas y las respuestas. Alehop.

    Ilse, Baronesa Von Riefenstahl, pregunta:

    Yo quiero saber cómo se escribe (formatos) y cómo se escaleta. Si se dan muchas indicaciones en texto o eso se deja para las lecturas con los actores. Cómo se prueban los chistes. Si se escribe por separado, cómo se crea un rolling (o running o como hostias se llame) gag… Cosas de ésas.

    Al hilo de esto, se me ocurre, si lo sabes, claro, ¿qué diferencia hay entre el método de guionismo en los USA y en España?

    ¿Quién decide que no se pueden hacer episodios tipo “Big Bang Theory”, de dieciocho minutos?

    Gracias por colaborar, amiga Ilse Von Riefenstahl. Ahí van sus respuestas.

    1. EL FORMATO.

    No sé si he entendido bien la pregunta, pero vamos allá. El formato de escritura de guión es muy parecido al de teatro. Seguro que usted lo ha visto más de una vez.  En muchas series utilizan una plantilla sencilla de Word que lo deja tal que así:

    Fragmento de guión

    En otras series utilizan programas específicos de escritura de guión. En Plan América, por ejemplo, usábamos un programa con nombre de videojuego, el Final Draft, que molaba bastante. Pero se use el programa que se use, hay cosas básicas que tienen que ir claramente diferenciadas, para que en plató puedan hacer su trabajo sin problemas. El sentido común dicta unas cuantas, como especificar qué personajes están en escena, sus entradas y salidas, sus acciones, sus parlamentos, etc. Otras cosas requieren un conocimiento mayor del asunto,  pero tampoco mucho. Eche un ojo ahí abajo, que las explico:

    Fragmento guión explicado

    Puede parecer una tontuna, pero hay que repasar lo que se escribe antes de que llegue a plató. Cuando el director y su equipo desglosen el capítulo y hagan su plan de rodaje, agradecerán saber qué se va a rodar en el  plató, qué en exteriores y qué en un multifuncional (que es un espacio que se construye únicamente para un capítulo -a veces más- y se desmonta al terminar). A veces no hay mucha comunicación entre dirección y guión, por no hablar de otros departamentos tal que vestuario o maquillaje, y es por eso que conviene dejarlo todo lo más claro posible. Volveremos sobre esta cuestión más adelante.

    2. LA ESCALETA

    La escaleta es una cosa fundamental para escribir un guión. Si me apuran, para escribir casi cualquier cosa. La escaleta es el esqueleto del guión, los pasos que sigue la historia desde su comienzo hasta su desenlace. Vamos a un ejemplo que conoce todo el mundo y se lo explico despacito.

    Pongamos que usted, Amiga Ilse, va a escribir Caperucita Roja. Para empezar, tiene el titular: un lobo feroz se come a una niña pequeña. Suena bien, pero  hay que darle vidilla. Usted (o usted y sus compañeros) se sienta al ordenador (o con el papel y el boli) a pensar en el asunto. Esto todavía no es escaletar, es más bien el paso previo: tramar. Ver qué queremos contar y cómo vamos a contarlo. Si usted es muy novata o extremadamente vaga, se toma el café, se fuma el cigarrillo, mira su correo y su facebook (o hace dibujitos en los márgenes de la hoja) y, a la media hora, se acerca a su jefe y le presenta esto:

    Primer intento de CaperucitaY entonces es el llanto y el crujir de dientes, porque su jefe lee el texto, tuerce la boca,  le devuelve la hoja y dice: “Pero esto no tiene ninguna chicha, ningún recorrido. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Quién es la niña? ¿Por qué nos importa que se la coma el lobo? A mí no me importa, no sé quién es, no sé qué hace de noche en un bosque donde hay lobos. Esto no está trabajado. Dale una vuelta“. Si usted es novata absoluta, traga saliva e intenta justificarse: “Ya, bueno, es que no sabía lo que querías y entonces me ceñí al titular, y como el titular no explica nada de la niña, pues… ¿No te gusta ni siquiera la imagen final? A mí me parece que tiene fuerza“. Esto es perder el tiempo, Amigos. Su jefe tiene razón y, si usted es veterana, agacha la cabeza y reconoce su culpa. Si acaso, de la que vuelve a su ordenador, farfulla: “Vale, ya le doy una vuelta. ¿Pero podemos quedarnos con la imagen final, la de la luna y el grito y el gruñido?“. Su jefe concluye: “Ya veremos. Tú dale chicha“.

    Total, que usted se sienta de nuevo a pensar, pero esta vez intensamente. Medita acerca de lo que ha dicho el jefe. Efectivamente, no sabemos quién es la niña ni qué carajo pinta ahí. La mayoría de la gente, Rodríguez de la Fuente aparte, no está de noche en un bosque.  Así que, para empezar, usted tiene que contar quién es la niña y qué motivo la llevó al bosque. Por aquello de partir de un punto concreto, anota algo tal que así:

    Segundo intento de Caperucita

    Ya tenemos algo para ir masticando. Todas las opciones parecen buenas, y algunas nos dan cierta información sobre la niña: que tiene abuela, que tiene perro, que se busca la comida y se lava la ropa. Pensando en esto último, usted cavila un rato. ¿Es posible que una niña pequeña, de unos siete u ocho años, viva sola en el bosque y sea autosuficiente? Sí, es posible. ¿Es creíble? Hombre, pues también, pero habría que explicar unas cuantas cosas: cómo llegó allí, dónde están sus padres o por qué no vive con su abuela, si la tiene a tiro de piedra… Y no queremos que quede demasiado largo, y además esto va de un lobo que se come a una niña, no del pasado y las circunstancias de la niña. A pensar.

    Pongamos que tiene padres, que viven todos juntos en la cabaña, y un buen día hay que ir a por setas, a pasear el perro o a lavar la ropa. Si en el bosque hay lobos, lo razonable es que sean los adultos los que se internen allí, y no una criatura tierna y zampable. Usted hace un ruidito que indica profunda concentración en el asunto. Mumble, mumble, mumble… Eureka. La niña no tiene padre, solamente tiene madre y esta señora la manda a hacer cosas pequeñas, como coger setas o pasear al perro, porque lavar ropa es duro y el trabajo infantil tiene unos límites. Bien pensado, tampoco hay perro, porque seguramente la defendería del ataque del lobo y eso no nos interesa: si algo sabemos con seguridad es que el lobo tiene que comerse a la niña.

    Pensando y descartando y eligiendo, usted ya sabe algo más sobre la niña y ya ha decidido que su madre la ha enviado a visitar a su abuelita, que está enferma y que vive al otro lado del bosque. Seguimos teniendo el problema de antes: ¿enviaría una madre a su hija a recorrer un bosque en el que hay lobos? Es posible, pero no es muy creíble. Hagámoslo verosímil. Pongamos que hay un lobo en el bosque, sí, pero solamente sale de noche. Si la niña no se entretiene y va derechita a casa de la abuela, no tiene por qué correr ningún  peligro. Y así queda la cosa:

    Tercer intento de Caperucita

    Voilà. Ya tenemos mucho más de lo que teníamos. Pero nos falta algo, ¿verdad? Nos falta algo porque, cuando la madre dice “no te entretengas, que en el bosque hay un lobo y te puede comer“, el espectador piensa: “A que se entretiene y se la come el lobo“. Y qué va a pensar, si es lo lógico. Es la expectativa que hemos sembrado ahí, en su corazoncito. Y eso está bien, porque las expectativas deben cumplirse, pero si la niña va al bosque y el lobo se la come, sin más, el espectador pensará: “Bueh. Se veía venir a kilómetro“. El espectador quiere que sus expectativas se cumplan, que el bueno gane, que el chico y la chica acaben juntos, pero para llegar ahí, a lo que espera, tenemos que pasar antes por otros lugares. Porque si no lo hacemos, la historia no tiene chicha, no tiene conflicto, no tiene recorrido, y nuestro jefe se pondrá como una hidra y saldremos del curro tardísimo.

    Así que toca pensar un poco más. Toca buscar pasos para la historia, pulsos, avances, puntos de giro, movimiento. Y usted se rompe un poquito la cabeza y piensa, piensa y piensa. ¿Qué tenemos por ahí que nos sirva? Pues tenemos, por ejemplo, a la abuela, un personaje que, hasta ahora, sólo existe en off. También podríamos darle al lobo un poco más de cuartelillo, ya que estamos. ¿Y si además de feroz fuese astuto? Mumble, mumble, mumble… A ver qué tal suena esto:

    Cuarto intento de CaperucitaYa tenemos lo que va a ocurrir y ya lo tenemos separado en cómodos pasos. ¿Qué ocurre ahora? Que usted se lo lleva al jefe y el jefe dice: “Vale, mejor“. Usted respira y el jefe continúa:  “Bueno, un par de cosas. Tienes que cambiar el final, porque si acaba mal, a la cadena no le va a gustar nada. Además, la protagonista va a ser Actriz Carísima, y ya que la traemos, mejor que sobreviva, por si hacemos la segunda parte. Y además, hay que meter un product placement“. Usted se caga en todo lo que respira, pero se pone a ello. “¿De qué es el placement?“, pregunta. Y su jefe contesta: “De una marca de ropa infantil. Tiene que verse mucho durante todo el capítulo y tiene que ser importante, o no cobramos“. Oído barra. A usted le pagan para esto, lo otro son nimiedades. Y así queda, finalmente, la escaleta:

    Quinto intento de Caperucita

    Mejor, ¿no? Con estos mimbres, el guionista se va para casa y escribe el cuento. Lo normal, por cierto, es que haya antes un trabajo de equipo, mientras se está tramando. Alguien  comenta que le sobra el personaje de la madre y que el cazador sale un poco de la nada. Usted defiende su opción: la madre está ahí porque la niña no puede vivir sola en una cabaña. Su compañero la devuelve: ¿el lobo puede hablar pero la niña no puede vivir sola en el bosque? Usted argumenta: en los cuentos de hadas, los animalitos hablan. Su compañero la recoge: sí, y en los cuentos de hadas, los niños pelean con dragones, matan a las brujas y seguro que pueden vivir solos en el bosque. Y además, la llegada del cazador es un deus ex machina como una catedral, así que igual sería mejor que fuese él quien advierte a Caperucita que no se entretenga en el  bosque. Usted discute, otro compañero comenta que a él la abuela no le convence mucho y así se pueden tirar un par de horas.

    Esto no es ocioso. Discutir ayuda a encontrar los errores y a mejorar lo que está flojo. Se discute y en algún momento se deja de discutir y se buscan las conclusiones. Si la discusión va camino de ser antológica en cuanto a duración e intensidad, es bueno que alguien, normalmente el jefe de equipo, la detenga, separe a los contendientes y decida el camino a seguir. Los contendientes ceden farfullando: “Bueno, si queréis que quede aburrido  y previsible, adelante“, pero si tienen oficio bastante a las espaldas, aceptan la decisión final y trabajan para mejorarla.

    Las escaletas no son siempre iguales y, por supuesto, no son como la de arriba. Cada uno las hace como Dios le da a entender. Hay gente que anota absolutamente todo lo que surge mientras se discuten las cosas, por si pudiera servir. Hay gente que anota posibles parlamentos para los actores. Si, discutiendo el asunto, un guionista dice: “Vale, el lobo se hace pasar por la abuela, pero Caperucita se huele algo, porque su abuela nunca ha tenido esos ojos ni esas orejas“, es fácil que eso vaya a la escaleta y se quede, con algunas modificaciones, en la versión final.

    Otro día seguiremos hablando de tramar y escaletar. Porque la historia de Caperucita sería una única trama, pero lo normal es que uno tenga por lo menos dos más en el mismo capítulo. Y hay que tramar cada historia, escaletarla, mezclarla con las demás y darles cierta cohesión y continuidad, para que no sea todo absolutamente estanco. Pero eso,  para otro día. Si ustedes, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes, tienen alguna pregunta más concreta sobre la escaleta, será un placer intentar responderla. Ya saben dónde está la sección de comentarios.

    Ilustración de Walter Crane para Caperucita Roja. Ahora, imaginen que ella es Actriz Carísima y el lobo... mmm... Antonio Resines. Pues así es como quedan finalmente estas cosas.

    Lobo: Gary Oldman. Caperucita: Mia Wasikowska. Bonito, ¿verdad? Ahora, imaginen que ella es Paz Vega y el lobo... mmm... Antonio Resines. Pues así es como quedan finalmente estas cosas.

    Y, por cierto, la discusión sobre lobos que hablan y niñas que viven solas también tiene su miga y también volveremos sobre ella, porque concierne al tono de la serie, un aspecto difícil de definir y acotar pero importantísimo para que el espectador no diga: “Anda ya, a reírse al circo” y cambie a otra cadena.

    3. LAS INDICACIONES A LOS ACTORES

    Ya lo habrá visto usted en el ejemplo de formato, amiga Ilse. Normalmente, se acotan algunas intenciones que parecen necesarias para la mejor comprensión del parlamento. Un “irónico” nunca parece sobrar, por ejemplo. Pero, salvo que el parlamento no se entienda sin la acotación, dar indicaciones a los actores es trabajo del director. Tengo un compañero que dice, levantando el puño al cielo, que los directores no saben leer guiones y los actores tampoco. Salvo excepciones, naturalmente. Esto no es del todo cierto pero no es del  todo falso. Es cierto que a veces uno ve el resultado de un gag en pantalla y tiene clarísimo que ni el director ni el actor entendieron el chiste, por cómo lo interpretan y por cómo está rodado. A veces, un chiste pide que el actor lo diga con la cara muy seria y que se vea a la vez la reacción de otro actor, y ninguna de esas cosas ocurre en pantalla. Diez puntos menos para el actor, veinte puntos menos para el director (que es el responsable último de la dirección de actores). Pero es cierto también que a veces llegan a plató unos fallos de guión portentosos, y son ellos quienes lo arreglan con la dirección o la interpretación. Cincuenta puntos menos para los guionistas, que tendría que caérsenos la cara de vergüenza. En cualquier caso, la falta de comunicación entre guión y dirección no beneficia a ninguno de los dos departamentos. Y así nos luce el pelo.

    4. CÓMO SE PRUEBAN LOS CHISTES

    No es que se prueben, exactamente. A veces (pero no siempre, porque cada serie se hace de manera diferente), uno se lleva la escaleta mezclada para casa, escribe sus escenas y las lleva a la oficina. Allí se pega en un solo documento el trabajo de todos los guionistas y se lee esa primera versión. Los revisores marcan lo que no les gusta, que a veces puede ser un chiste, a veces un parlamento y a veces una escena entera o hasta una trama. También nosotros marcamos lo que no nos gusta o no nos cuadra bien, por las razones que sea. Después nos juntamos, comentamos lo que no está bien, anotamos los cambios que quiere el revisor y nos ponemos con la segunda versión. Ahí es donde se pulen chistes, parlamentos, escenas y hasta tramas. Los guionistas sugieren nuevos chistes o versiones mejoradas del original. La prueba definitiva es la carcajada general, que se asegura yendo a la sala de al lado y contándoselo al otro equipo. Doble carcajada, chiste metido.

    A veces se decide que el chiste es gracioso pero que no nos vale porque se aleja un poco, o mucho, del tono de la serie. Por ejemplo, un personaje puede hacer chistes escatológicos, porque están admitidos en su tono, en el de la serie o en el de la cadena. Hay cadenas que admiten chistes escatológicos, pero no chistes blasfemos; otras cadenas no aceptan los chistes que puedan ofender o hacer alusión a determinadas personas (desde la realeza hasta presentadores o colaboradores de sus programas). El chiste de ese tipo provoca carcajadas, pero seguramente también provocará más de una discusión entre los guionistas, o entre los guionistas y los revisores. La mayoría de las veces el chiste se deja, porque para tirarlo está la nueva lectura y la nueva revisión de esa segunda versión. La tercera tendría que ser la definitiva, pero siempre hay cosas que arreglar, actores a los que hay que quitar de una escena porque acaban de comunicar que van a faltar dos días al rodaje, escenas que cortar porque han quedado demasiado largas,  etc, etc.

    En algunas series hacen lo que se llama lectura italiana, que es algo tan sencillo como juntar a todos los actores a leer la última versión del capítulo en voz alta, cada uno diciendo su papel. Asiste el director y parte de su equipo y, en principio, también los guionistas. Sirve, entre otras cosas, para cronometrar la duración más o menos real del capítulo y también para probar los chistes. Hay cosas que a uno no le convencen mucho (o nada), y al oírlas en la voz y la interpretación del actor, mejoran sobremanera. Hay cosas que no funcionan y no se sabe hasta que se oyen. Y no hablamos solamente de los chistes: el parlamento dramático final del protagonista, que tantos sudores costó y del que tan orgulloso está uno, suena falso y cargado de sentimentalismo barato. Si no es cosa del actor, si es claramente pifia de guión, fuera con él.

    En fin, que si tienen ustedes oportunidad de asistir a una lectura italiana, no la desaprovechen. Es una experiencia muy curiosa.

    5. CÓMO SE ESCRIBE UN RUNNING GAG

    Pues es bastante sencillo. Se trata de un chiste basado en la repetición de la estructura. Pongamos que un personaje, la chica, le dice a otro, el chico, un “te quiero” en mitad de una bronca tremenda. Eso termina con la pelea y los lleva a reconciliarse. Dos escenas después, la chica descubre que el chico se está viendo con su antigua novia y le pide explicaciones, hecha una hidra. El chico intenta el “no es lo que parece“, el “vale, nos vimos, pero no ocurrió nada, sólo dormimos juntos” y, cuando ve que su novia está echando espuma por la boca, dice como preguntando: “¿te…quiero?“. La chica le pega con un objeto romo y lo deja en coma. Dos escenas después, en el hospital, le dicen que el chico tiene conmoción cerebral y que a lo mejor no es nada, pero a lo mejor se muere cuando se agache a atarse los zapatos. Un policía le dice a la chica que se la lleva, acusada de homicidio en grado de tentativa. La chica flipa y le dice al chico:  “no puedo creer que me hayas denunciado, cabrón, miserable“. El  policía la arrastra fuera de la habitación. El doctor y el chico se miran, y entonces, desde lejos, se oye: “¡te quieroooo!“.

    No es un ejemplo buenísimo, pero es que llevo tres semanas de vacaciones y ya no sé cómo se escribe. En cualquier caso, el running gag funciona más o menos así: recogiendo en dos ocasiones un chiste que se ha sembrado anteriormente. Y aunque escribamos en equipo, uno puede colocar un running gag en las escenas que le tocan. Eso tiene un riesgo claro: si no es gracioso en la primera ocasión, si no le gusta al tipo que te lo revisa, es fácil que se caiga, con lo que se caerá también de las escenas siguientes. Es más fácil que sobrevivan los que se escriben en equipo, en la segunda o la tercera versión.

    6. QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE EL MÉTODO DE GUIONISMO EN LOS USA Y EN ESPAÑA

    No tengo la menor idea. Le diría que hay una diferencia básica: ellos lo hacen bien y nosotros estamos aprendiendo. Por lo que he leído al respecto, ellos tienen algo más de tiempo que nosotros, y el tiempo es fundamental cuando se quieren hacer bien las cosas. Si vendes tu serie en septiembre y la cadena la quiere para emitir en enero, eso te deja tres meses para construir los personajes, currarte un mapa de tramas y escribir un buen piloto. Eso si hay piloto, que en España es muy raro que lo haya: se rueda el primer capítulo, se emite tal cual y que Dios reparta suerte. En Aída, por ejemplo, rodaron un piloto y fue muy útil. Cambiaron a uno de los actores principales, que al parecer lo hacía bien pero no daba el registro que buscaban. Eligieron a otro y voilà, un treinta de audiencia, si no recuerdo mal. Pero ya digo que no es lo común y que es una lástima.

    Mientras en guión se afanan por terminar lo suyo, también hay que resolver otras cosas, tal que el casting, la construcción del plató y los miles de detalles de la producción. Montones de decisiones y de problemas de última hora que pueden cambiar completamente el rumbo de una serie. Y sólo tres meses para hacerlo. Piensen en ello cuando vean una serie nueva y le encuentren fallos por todas partes. Es fácil que esté hecha en tiempo récord y con un esfuerzo desmesurado por parte de todo el equipo.

    En otro sentido, la respuesta sigue siendo la misma: no tengo la menor idea. Leeré algo más al respecto, porque nunca está de más saber cómo trabajan en otros lugares. Le diré además que me tentó contestar que la diferencia básica es el talento, pero eso sería una gran injusticia. Tienen talento a espuertas, qué duda cabe, pero hace poco vi un capítulo de una serie llamada New Amsterdam y no me pareció que hubiera en ella mucho más talento que en Camera Café, por ejemplo.

    7. QUIÉN DECIDE QUE NO SE PUEDEN HACER EPISODIOS TIPO “BIG BANG THEORY”, DE DIECIOCHO MINUTOS

    Mire, ésta me la sé (creo). Lo deciden las cadenas y las productoras. Las cadenas quieren formatos más largos, porque eso permite meter más publicidad y porque el resto de las cadenas hacen lo mismo, por lo que hay que atacar con las mismas armas. Si una cadena está emitiendo algo tipo Los Serrano, de setenta minutos, es absurdo contraprogramar con algo de veinte y perder posible audiencia. Las productoras saben que es más difícil vender algo de formato corto y obran en consecuencia, produciendo el formato que la cadena prefiere.

    De todas formas, alguna vez se hizo y volverá a hacerse. Gominolas, por ejemplo, era de formato breve: media hora. Se dio la hostia de su vida, pero eso no tuvo nada que ver con la duración. Algunos géneros sufren más que otros cuando el formato es muy largo. Setenta minutos de comedia es una barbaridad, pero estamos hartos de verlas. Aída dura bastante menos (unos cuarenta y cinco minutos) y se nota.

    Ahí, el logo en colores complementarios.

    Setenta minutazos de dramedia, señores. Con dos cojones.

    Algunos guionistas (y me incluyo) claman por escribir cosicas más cortas, pero no depende de ellos, así que se resignan a alargar artificialmente conflictos e historias que, por planteamiento, podrían resolverse en media hora o cuarenta minutos. Es por eso que en Friends pueden permitirse escribir tramas como “Mónica encuentra un interruptor que no sabe para qué sirve” o “Phoebe, que es vegetariana, tiene antojo de carne porque está embarazada“: porque se pueden resolver en veintidós minutos. Imaginen eso mismo alargado a setenta. El horror, el horror.

    Tampoco pasa nada por escribir una larga: tienen otras ventajas y sirve para entrenar los recursos propios. Yo he escrito corto (Gominolas, Aída), largo (La familia Mata, Los hombres de Paco), semanal (Plan América) y diario (HKM) y en todas partes he aprendido cantidad de cosas interesantes. El que no se consuela, es porque no quiere.

    Y con esto cerramos por hoy, Amigos. Espero que esto les haya aclarado alguna duda o les haya gustado, o ambas cosas, que no está reñido. En la próxima entrada sobre guión intentaré responder a las preguntas de otro amigo, que quiere saber lo siguiente:

    Goio Borge pregunta:

    ¿Cuánto tardáis en escribir un episodio?
    ¿Las tramas de cada episodio pertenecen a un guionista individual, o es un guionista individual el que ’manda’ en todo el episodio?
    Si os pasáis el día encerrados escribiendo con esos horarios explotadores de la tele y encima os gusta llegar tarde al curro, ¿cómo coño sabéis del costumbrismo de la calle que tan necesario es?
    ¿Por qué los personajes tienen tan poca memoria de episodio a episodio?

    Si ustedes, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes, tienen también alguna pregunta que hacer, ya saben que para eso nos dio Yaveh la sección de comentarios. No se corten. Para eso estamos.

    Y, naturalmente, tengan cuidado ahí fuera, en exterior, noche.

    26 Comments

    1. Escrito el día 26 julio 2009 a las 10:54 pm | Permalink

      las preguntas de ese tipo para la siguiente entrada me escaman. Creo que van con segundas!

      Peeero, toda la entrada es de alto interés, que mola enterarse de estos entresijos tan reglados. Me parece bien curioso el ‘conflicto’ continuado entre trabajo creativo y decisión jerárquica, aunque, bien pensado, es el de toda la vida entre ‘arte’ y ‘oficio’…

    2. Albretch
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 12:38 am | Permalink

      Algunos comentarios sueltos:

      Sobre la diferencia de los guiones en USA y España, aparte del tiempo, yo hablaría de experiencia. Quiero decir, un servidor es un inocente chaval de menos de treinta años que quiere trabajar en esto. David Simon, creador de The Wire, se pasó catorce en la redacción del Sun de Baltimore. Conocía las calles de la ciudad como el plano de su casa. Y claro, al escribir The Wire le salió un producto de un realismo casi milagroso.

      Que no menosprecio el valor de la imaginación y del documentarse, ¿eh?. Pero, vaya, una década y media de experiencia en las calles de Baltimore ayudan mucho para hacer una gran serie sobre las calles de Baltimore.

      Y no, tampoco creo que sea cuestión de talento. En España hay ejemplos de productos fabulosos, como las “Historias para no dormir”. Quizá el problema es que el mercado manda demasiado y la necesidad de hacer competencia evita arriesgarse en los proyectos y el dar nuevas oportunidades a los que en el primer día se dan el batacazo.

      Sobre la duración de los capítulos, totalmente de acuerdo en lo de escribir cosas más cortas. Setenta minutos, más las pausas publicitarias, me parece una pasada. Para un drama, o dramedia, los cincuenta de los Soprano deberían bastar… ¿no?

    3. Nando
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 2:02 am | Permalink

      Lector, me ha encantado la escaleta de Caperucita. Te sugiero tres o cuatro ideas más:
      - El cazador (leñador según fuentes de mi abuela) puede ser un cameo del presentador de Bricomanía y aprovecharlo para meter product placement de Leroy Merlín (Leñador: “Lo ideal para abrir tripas de lobos es la radial phillips”. Lobo: “qué cuchillas más grande tiene”. Leñador: “es para cortarte mejor, radial phillips, la radial feroz”).
      - Caperucita debería tener una premisa cómica. Todos sabemos que la discapacitación es graciosa. Por ahí a lo mejor sale algo.
      - El lobo tendría que tener algo que lo humanizara y, si es posible, que le dé algo de comedia. Supongo que todos estamos pensando en lo mismo: debe hablar como Chiquito de la Calzada.
      - La abuela está muy perdida hasta el final. Podríamos darle un running o algo. Aprovechando que está en cama, se le puede dar una minitrama sexual con el tío que luego le salva del lobo, ya sea al final cazador (“aquí tengo una trampa para zorras, guapa”), leñador (“aquí tengo un pedazo de tronco, guapa) o tornero fresador mudo. En algún momento él se va cabreado, luego se arrepiente y su vuelta a casa de la abuelita mezcla con el momento en el que pilla al lobo en la trama principal. Así ya no es tan patillero eso. Sería algo así: Leñador/cazador/tornero: “Abuelita, vengo a pedirte perdón, me equivoqué de agujero y… ¡Un momento! Tú eres un lobo”. Lobo: “Jarl, no puedorl, no puedorl”.
      Nada más que añadir. Muchos besos.

    4. El Sultán Berlusconi
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 2:06 am | Permalink

      Yo no tengo nada que sugerirte y espero que se me disculpe por la posible indiscreción pero, ¿eres guapa / estás buena?

      PORQUE YO CREO QUE TE LA METÍA Y NO TE LA SACABA JAMÁS

      Invitada quedas a Villa Certosa.

    5. Escrito el día 27 julio 2009 a las 2:09 am | Permalink

      No sea usted obsceno, premier, Ingram es pura como una mariposa en la nariz de un cervatillo.

      Es usted grande, oiga, creo que voy a copiarla y citarla, si no le importa.

    6. Raul Sensato
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 3:30 am | Permalink

      Oh. OH. Bravo.

    7. FocoMierda
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 3:31 am | Permalink

      “Buenas tardes, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes.”… y ahí dejé de leer.

    8. Noely Castaño
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 6:21 am | Permalink

      ¡Gracias, gracias, gracias!.

      Se resume en estas tres palabras, pero un despliegue semejante (en desinteresada aportación a la cultura y conocimientos sobre tu trabajo) se merece otro despliegue explicatorio en respuesta.

      Me parece fascinante conocer de primera mano cómo se crea un guión desde las tripas.

      Tanto a nivel personal de absorción de cualquier cosa que me parezca interesante, como a nivel profesional de cualquier cosa que me ayude a mejorar en mi trabajo.

      Vi un reportaje sobre la creación de Friends, completísimo, y en la parte guión precisamente trabajaban en el plan que comentabas de “lectura italiana”. Me pareció una forma sobresaliente de trabajar porque efectivamente, hacer equipo, la conexión “guioistas – director – actores” me parece imprescindible a la hora de crear un producto sobresaliente.
      Espero poder trabajar de esta manera tan ideal para las dos contigo.

      Yo de guionar no tengo ni idea y la verdad es que me apetece muchísimo adquirir conocimientos sobre este tema.
      Gracias otra vez por compartir los tuyos. Espero ansiosa la siguiente entrega.

    9. Rul Insensato
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 8:42 am | Permalink

      Nada que añadir, Amiga y Conocida Lector Constante. Simplemente legen… wait for it…

      - Nando, estás como unas maracas. -

      …dary!

      No he estado en mi vida en el Este de Baltimore, pero aquí se os echa de menos, negros.

    10. mini
      Escrito el día 27 julio 2009 a las 3:24 pm | Permalink

      Dios, Ingram, que está muy, pero que muy bien; que tiene punch para un blog de guionista; que no tiene su post nada que envidiar al de los blogs mencionados en el focoforo. Bueno, le faltan los chascarrillos del Santamano, por ejemplo,; esas aventuras acerca de sus dineros, pero todo es ponerse.

      Inmensa.

    11. Escrito el día 28 julio 2009 a las 1:17 am | Permalink

      Muchisimas gracias por tan clarificadora entrada. Hace algun tiempo tus consejos me sirvieron no solo para presentarme a unas pruebas de guionista sino tambien para darme cuenta de la profesion tan dificil y compleja que es. Gracias por tu ayuda en aquel momento.
      Un beso desde la mas profunda ataraxia

    12. porlatangente
      Escrito el día 28 julio 2009 a las 9:31 am | Permalink

      Mi primito me instaló el Final Draft. COn la de mandangas que tiene ese programita casi pensé que se el guión se escibiría solo, pero ahí dormita, x culpa de los espadachinessss. En fin, a ver si retomamos el tema y me das tu punto de vista. ¡Saludos!

    13. szalai
      Escrito el día 30 julio 2009 a las 4:01 am | Permalink

      Gran entrada, enhorabuena!! Tenía curiosidad por la etimología de escaleta y parece que viene del italiano scaletta. Alguna idea de por qué hemos tomado el préstamo del italiano y no del inglés o el francés?

      Saludos,

    14. davy jones
      Escrito el día 30 julio 2009 a las 9:59 am | Permalink

      Un artículo muy útil…aunque, lamentablemente, no creo que ud. desconozca las causas de que las series españolas, a diferencia de las americanas, no sean capaces de superar el costumbrismo barriobajero-cañí al que nos tiene acostumbrados: la principal de ellas, el estado neolítico del cerebro del espectador español medio, se puede comprobar con encender la tele, simplemente.

      Y ya hablando de otra de las causas…¿De verdad de la buena que a uno le contratan como guionista en una productora tras haber visto muestras de algún trabajo suyo…o por otras razones más, digamos, sociales o parentales?

      Es una pregunta retórica, por supuesto: conozco la respuesta. Pero como dice que probablemente algún colega suyo leerá esto, me satisface que alguno de ellos, o la mayor parte de ellos, se den por enterados de que unos pocos sabemos el porqué de que los guiones de series y películas españolas apest…esto, quiero decir, dejen algo que desear.

    15. Lector Constante
      Escrito el día 2 agosto 2009 a las 12:57 pm | Permalink

      Señor Borge: gracias por venir, comentar y preguntar. Tampoco le dé mucho crédito a lo que cuento, porque no siempre es así y en cada sitio trabajan de una forma distinta. El conflicto que menciona no suele ser muy enconado. A nosotros nos pagan por hacer la pizza, no por comérnosla ni por que nos guste. El que entiende eso, escribe lo que le dicen en horario laboral y luego se curra lo que le apetece en el tiempo libre.

      Maese Albretch: sí, la experiencia ayuda, qué duda cabe. Pero los guionistas de House no son médicos, y los guionistas de Battlestar Galactica tampoco saben pilotar Vipers (digo yo, vamos). Creo que hay otro tipo de experiencia en la que nos aventajan, y es que llevan haciendo cine y televisión mucho más tiempo que nosotros. Tienen industria y tienen formación. Y tienen, y eso sí que no sé de dónde viene, una capacidad inaudita para apostar por lo arriesgado. El ejemplo más claro que se me ocurre es OZ, que es una serie cruda y chunga en la que mueren personajes a cascoporro, hay violaciones múltiples, hay tiroteos, hay mutilaciones… y tiene seis temporadas. No creo que aquí aguantase ni dos capítulos una serie tan tremebunda, pero es que no creo ni que llegara a hacerse. Y si se hiciera, tendría una abuela y varios niños.

      Nando: gracias por las aportaciones. Yo creo que el cuento tiene algún elemento clave de comedia (alguien que se viste de mujer), pero siempre puede uno mejorar las cosas con chistes de paralíticos y una emotiva escena final en la que el lobo le dice a Caperucita: “Yo… yo creí que éramos amigos”.

      Señor Berlusconi: gracias por pasarse a comentar y por el generoso ofrecimiento. No tengo más remedio que rechazarlo, porque ni soy guapa ni estoy buena. Pero siga jugando, que lo mismo alguna otra se lo acepta.

      Fanshawe: no se apure, que en peores garitas hemos hecho guardia. Y claro que puede cortar, citar y hasta usar la letra para un musical. Gracias por pasarse y por comentar.

      Raúl Sensato: lo mismo le digo. Gracias por venir a echar un vistazo y por los elogios. Ahora releo y me parece que no se merecen, que podría estar todo bastante mejor escrito. Pero de las correcciones y las reescrituras habrá tiempo para hablar en sucesivas entregas. O eso espero.

      FocoMierda: bueno, pues qué le vamos a hacer. A unos les gusta, a otros les disgusta, la basura de un hombre es el tesoro de otro, etc. Gracias por intentarlo.

      Noely: gracias por venir y me alegro de que le haya servido de algo. Si quiere bibliografía sobre guión, apuntes o lo que sea, ya sabe dónde queda la Biblioteca Constante. A su disposición.

      Rul Insensato: tiempo sin verle. Pase por aquí algún día y comentamos las últimas jugadas, ande.

      mini: naaaah, los mencionados tienen mucho más callo y más oficio a las espaldas. Y Santamano, además, tiene mucha gracia. En fin, a ver cómo van quedando el resto de las entradas. Muchas gracias por pasarse a leer la primera.

      Sun-T: un placer verle por aquí. ¿No se animó a seguir intentando lo del guión? A ver si nos vemos y me cuenta usted en qué anda. Un abrazo.

      porlatangente: pues yo encantada de echarle un vistazo a lo que tengan entre manos. ¿Quiere mandármelo al correo? Hace tiempo que no veo a su primo y no sé qué tal va la cosa.

      szalai: ahora que lo dice, no tengo ni idea del origen del uso de “escaleta”. Pero ni idea, ¿eh? A ver si encuentro a alguien que lo sepa y lo puedo comentar en la siguiente entrada. Muchas gracias por venir y por plantear la pregunta.

      Señor Jones: pues créalo, porque de verdad no sé en qué radica la diferencia entre EEUU y España en cuestión de series. Más que nada, porque nunca me he parado a pensar mucho en el tema. Consultaré a los compañeros, a ver qué opinan ellos, pero ya le digo de antemano que no creo que vayan a culpar al telespectador. Sería como decir que en España sólo se escribe mierda porque los lectores son mierda. Y no, hombre. De todo habrá.

      La otra pregunta no me parece retórica y, además, no sé si la respuesta es la que usted dice saber. Le cuento lo que sé yo, que es que en mi primer trabajo me hicieron una prueba, les gustó y entré. Tal cual. No tenía experiencia previa de guión, ni parientes o amigos en la productora que me contrató. He hecho otras pruebas y a veces me han cogido y a veces no. Sí es cierto que cuando buscan gente, muchas veces nos preguntan si conocemos a alguien. Pero a mí eso no me parece mal. ¿A quién le van a preguntar si conoce a un guionista? ¿Al de la cafetería? Hombre, podrían probar, pero es más fácil que nosotros sepamos de alguien. E incluso entonces, esa persona hace prueba, hace entrevista y a veces lo llaman y a veces no. Y nunca me ha tocado currar con alguien que estuviera allí por parentesco o amistad con un jefe. A lo mejor en otros lugares es como usted dice, pero a mí, de momento, no me ha tocado verlo. Si usted sabe algo más del asunto, cuéntenos. Somos todo oídos.

    16. davy jones
      Escrito el día 3 agosto 2009 a las 12:48 pm | Permalink

      Veamos.

      La cosas suceden por algo: si las series españolas son malas en general (y lo son, en comparación con las estadounidenses) este hecho obedecerá a alguna causa. Dice ud. que no se ha parado a reflexionar sobre el tema: pues, me permitirá que le diga que…debería hacerlo urgentemente. Usted, sus colegas y sus jefes. Sus compañeros no culparán al público, ciertamente que no…viven de él, tal y como es. Si el público fuera más exigente…quizá ellos estarían dedicándose a otras cosas, ¿No cree? Y sí, de todo habrá. Pero de unas cosas más que de otras; De ciertas cosas hay una mayoría abrumadora: por ejemplo, de espectadores y lectores garrulos. Las excepciones…no dan el share que hace falta para que se emita una serie o las previsiones de ventas para que se publique una novela.

      No es buena idea ponerse a uno mismo como ejemplo, porque se da pie al interlocutor a comportarse de un modo descortés para un invitado. No me queda otro remedio para continuar mi tesis, de todas formas. Así pues, le diré que si, como dice, pasó ud. una prueba para su primer trabajo, y no menciona que se diera a conocer mediante el envío de algún texto propio…he de suponer que alguien -algún buen amigo- le recomendó ¿Verdad? Lo cual dice que no le parece mal…quizá si sus jefes se dedicaran más a fondo a leer los proyectos y textos que, de seguro, les llegan a carretadas a la oficina, en lugar de fiarse de la mera contingencia de que uno de sus guionistas tenga un colega de expansión etílica estudiante de filosofía y letras, al que se le da bien escribir relatos cortos y esas cosas, y que estuvo a punto de rodar un corto pero no encontró financiación… quizá entonces la selección del personal resultaría más satisfactoria. Al fin y al cabo, es sabido que las habilidades sociales precisas para tener muchas amistades no son las mismas que suelen requerirse para ninguna otra ocupación que no sea la de comercial, relaciones públicas o bailarina de strip-tease.

      En cuanto a los parentescos…fíjese mejor, quédese con los nombres: serían ustedes, los guionistas, el único gremio que tiene algo que ver con lo audio visual (pero, ¡qué digo! el único gremio de cualquier ocupación que se me ocurra en España) que no está plagado de tipos que, políticamente, es decir, necesariamente, DEBEN estar allí. Por poner un jemplo ¿Acaso no es cierto que gran cantidad de los apellidos de estudiantes de la Escuela de Imagen y Sonido de Madrid suelen tener resonancias bastante conocidas…? como le digo, fíjese mejor. Ahí tenemos a nuestra querida ministra de Cultura, sin ir más lejos… una hija más.

      Por cierto, que hago extensiva mi crítica a todo el país en su conjunto y a todos los sectores de su actividad en general. Lo que me fastidia realmente es la parsimonia con que se acepta el hecho de que sean cuestiones espurias como las ya expuestas, y no el talento, las únicas que se tengan en cuenta: porque el resultado final es la mediocridad, en el mejor de los casos.

      Otro día, si quiere, podemos hablar sobre el cine que se realiza o las novelas que se escriben en la piel de toro ésta que habitamos, que también tienen muchísima tela.

      Me gustaría poder ser más amable, de verdad. En fin, ya me callo, y le cedo la última palabra. Adiós.

    17. Lector Constante
      Escrito el día 3 agosto 2009 a las 2:15 pm | Permalink

      Señor Jones, no tiene ninguna necesidad de ser más amable, porque no ha sido especialmente descortés o grosero, o a mí no me lo ha parecido. Maticemos, pues, tanto mi respuesta como la suya.

      Efectivamente, no me planteo a menudo por qué las series españolas no son tan buenas como las americanas. O, mejor dicho, sí que me lo planteo, pero es conversación de café y no va más lejos. A mí no me pagan por hacer una serie americana, me pagan por hacer un trabajo muy concreto, que tiene poquísimo que ver con las series americanas. Intento aprender a hacerlo mejor y lo intento de verdad. Leo todo lo que puedo sobre guión y sobre cine, leo los trabajos de otros compañeros (sean series, películas o tratamientos de guión), veo todo el cine y todas las series que puedo, busco errores en lo que escribo y en lo que escriben los demás, busco soluciones para esos errores. Intento aprender, en definitiva, a escribir mejor, pero también a hacer el trabajo por el que me pagan, que no siempre consiste en algo tan abstracto como “escribir mejor”. A veces es algo tan concreto como meter un chiste de contraste más, dejar una trama en alto o colar un product placement.

      Si el público fuese más exigente no sé lo que ocurriría. Sí, seguramente yo estaría dedicándome a otra cosa, pero también me gustaría dedicarme a lo mismo y aprender a hacerlo mejor. Y sigue pareciéndome poco justo culpar al público por que le guste lo que le gusta. Es como recriminarles por comer chucherías. Si hay quien las quiera, habrá quien las venda. Y a mí, ya lo he dicho, me pagan por hacer la pizza, no por comérmela ni por que me guste. La mitad de las veces, ni me gusta ni me la como, pero eso no impide que disfrute el proceso de hacerla.

      Respecto a las pruebas, le doy la razón. No mandé ningún texto propio porque no creo que hubiera servido de nada. Y no, no conocía a ningún guionista, pero resultó que un par de ellos conocían mi blog y me enviaron la prueba de “Siete vidas” y la dirección a la que había que enviarla. La envié, les gustó, para dentro. No es exactamente lo mismo que mandar algo propio a una productora, pero tampoco está tan lejos. Le doy la razón, de todas formas, porque es cierto que llegan chopocientas pruebas y chopocientos currículos y seguro que chopocientos textos a las productoras, y no todos pasan el filtro. Apunto, por cierto, que esto no lo sabía y lo pregunté a los compañeros. Me confirmaron que llegan miles de cosas y que no todas acaban donde tienen que acabar, en la mesa del que se lee las pruebas. No sé por qué es, pero parece que es así.

      Si esa endogamia, ese “conozco a un tío que puede valer, le paso la prueba” perjudica a las chopocientas personas cargadas de talento que languidecen enviando textos propios sin obtener respuesta, no sabe lo que lo siento. Puedo decirle que, si de mí dependiera, leería todo lo que llegara. De hecho, ya lo hago. No se hace una idea de la cantidad de gente que me envía cosas para que les eche un ojo, las revise, les corrija las faltas o les dé mi opinión. Si tengo tiempo, lo hago. Pero volviendo a las pruebas, no sé cuál sería la solución al problema que usted plantea, porque realmente llega una cantidad tremenda de material a las productoras y algún filtro tendrán que emplear para descartar. Por otra parte, no creo que todos los que tengan talento a espuertas para escribir sirvan necesariamente para el guión. ¿Por qué? Por lo que le comentaba antes: la productora quiere gente que pueda y sepa escribir el producto que venden, para el que no necesitan a un poeta laureado o a un novelista portentoso. Necesitan a alguien que sepa hacer (o pueda aprender a hacer) el producto que quieren vender.

      Respecto a los parentescos, pues le digo lo mismo que antes: no tengo ni idea, nunca he conocido a ningún guionista que estuviera íntimamente relacionado con algún jefe. No digo que no existan, digo que yo no los conozco o que no me he fijado (que todo podría ser). No conozco a los estudiantes de Imagen y Sonido de Madrid. Pero ni idea, de verdad. Si en algún momento conozco a alguno que diga (o del que digan) que su apellido es Aragón/Miró/Medem/etc, no tendré ningún inconveniente en pasar por aquí y comentarlo.

      Hablamos de lo que usted quiera, no faltaba más. Pero no me tome a mí de ejemplo (mal está que lo haya hecho yo, efectivamente), porque yo me entero de más bien poco. A mí me gusta escribir y me pagan por ello. Intento hacerlo lo mejor posible, dentro de las premisas que me dan. No pretendo nada más: ni escribir la mejor serie del mundo, ni hacer sonrojarse a los americanos, ni firmar algo que pueda enseñar a los nietos. Pero es que además, probablemente tampoco podría. El talento que pueda tener para el guión se limita a hacer el trabajo por el que me pagan. Para escribir por gusto tengo este blog y también intento hacerlo lo mejor que puedo. Y poco más puedo decirle. No me ceda la última palabra, hombre, que todavía parecerá que hemos reñido.

      [Edito, no sea que luego se me acuse de mentir cochinamente. El par de guionistas que vieron mi blog eran absolutos desconocidos para mí, pero conocían a alguien que me conocía a mí, y de ahí vino la prueba. No vayan ustedes a creer que esos amables muchachos le envían alegremente la prueba a cualquiera que tenga un blog que les haya gustado. Ojalá, pero no]

    18. davy jones
      Escrito el día 4 agosto 2009 a las 2:21 pm | Permalink

      Así pues, abrir un blog sirve realmente para alguna cosa…qué curioso, yo también tuve uno en tiempos: aunque no me sirvió para hacer amigos, precisamente… sino, más bien, para perderlos, jajaja…

      Perdone, le confieso que me encanta reñir – lo cual debe perjudicarme mucho, social y…laboralmente, presumo-, así que hace ud. mal en darme ocasión de réplica: renuncio a ella. Sigo en desacuerdo, pero hay otros sitios que se merecen más críticas que éste. Au Revoir.

    19. Albretch
      Escrito el día 5 agosto 2009 a las 2:44 am | Permalink

      Voy a intentar aportar otra razón del éxito de los americanos: son genios del marketing. Saben que hay una audiencia muy fragmentada, típico en un país descomunal con una población numerosa de muy distinta procedencia, y saben cómo vender cada producto a cada target. Tienen series para frikis, para amantes del terror, generalistas, de humor blanco, negro y gris, etc. Antes me parecían más mojigatos en temas de sexo, ahora ni eso.

      (En este sentido se parecen a Japón, donde publican mangas para cualquiera: para chicos, para chicas, para gays, para lesbianas, para público mayoritario y bizarradas subterráneas.)

      Y como tienen dinero, pueden atraer gente de talento de todo el mundo. Y pagar muy bien. Aquí no hay dinero, o menos que en EEUU. Y la audiencia es menor y más homogénea.

      Jesús Palacios decía que la maldición de España es el realismo. Nunca ha habido una tradición fantástica mayoritaria salvo iniciativas de cuatro locos que van a contracorriente. Por eso, se me ocurre, no somos capaces de arriesgar.

    20. Lulailulá
      Escrito el día 7 agosto 2009 a las 7:44 am | Permalink

      ¿Has visto? Un post sobre la tele en vez de sobre, no sé, Turgueniev, y la de dios de comentarios.

      ¡Lo de Natxete no tiene mérito!

      Un abrazo.

    21. Escrito el día 8 agosto 2009 a las 4:50 am | Permalink

      Qué gran entrada, y yo de vacaciones llego tarde.
      Aplaudo, doy vítores, y me quito el sombrero, especialmente con lo de Caperucita y el product placement. XD
      Y espero la siguiente con mi impaciencia característica.

      Un saludo,
      Sibila.

    22. Schnuffus
      Escrito el día 10 agosto 2009 a las 4:05 am | Permalink

      Maravillosa Ingram

    23. Lala
      Escrito el día 12 agosto 2009 a las 9:01 am | Permalink

      Me estoy enganchando a su blog, y justo ahora que vienen las vacaciones. Preocupada ando.
      Muchas felicitaciones y una petición: cómics!

    24. gus
      Escrito el día 27 agosto 2009 a las 2:54 am | Permalink

      ¿Y quién es el sieso que le ha dicho que no está buena?
      Me alegro de recuperarla tras las vacaciones.

    25. Paula (Despotenciada)
      Escrito el día 28 octubre 2009 a las 7:37 am | Permalink

      Qué arte tienes, jodía!
      Vaya fuente de conocimientos. Anonadada me hallo =)

    26. Escrito el día 23 diciembre 2009 a las 2:43 am | Permalink

      Hola, muy buenas. Mi pregunta más que teórica es del tipo práctica. Verás, estoy de becario en una serie y me han mandado deberes para las vacaciones de navidad. Me han pedido que monte una tramita con un contenedor de esos de barco, un grupo de mujeres albanas, unos mercenarios armenios con Snipers y un superhéroe con aires de colipoterra portorriqueña, y la verdad no se por donde empezar.
      ¿Algún consejo?

      Gracias de antemano y perdona el abuso ¿eh?

      Por cierto, absolutamente genial, generoso y clarividente el post. Viendo como está el percal, creo que tienes la obligación moral de dedicarte también a la docencia.

    Deja un comentario

    Tu email permanecerá privado Los campos obligatorios están marcados con *

    *
    *

    ARCHIVOS