Buenos dÃas, Amigos y Desconocidos Lectores Constantes.
Nueva entrega de preguntas y respuestas sobre guión, porque parece que el asunto interesa a unos cuantos de ustedes. Aunque ya lo dije en la entrada anterior, lo repito: si usted, Amigo Lector, tiene alguna pregunta concreta, siéntase libre de dejarla ahÃ, en la sección de comentarios, y yo intentaré contestarla como buenamente pueda. No se corte. Ya sabe que preguntando se llega a Roma, y Roma es un lugar bien bonito. Y con esta breve introducción, entramos en materia. Alehop.
Goio Borge preguntó:
¿Cuánto tardáis en escribir un episodio?
¿Las tramas de cada episodio pertenecen a un guionista individual, o es un guionista individual el que ’manda’ en todo el episodio?
Si os pasáis el dÃa encerrados escribiendo con esos horarios explotadores de la tele y encima os gusta llegar tarde al curro, ¿cómo coño sabéis del costumbrismo de la calle que tan necesario es?
¿Por qué los personajes tienen tan poca memoria de episodio a episodio?
Buenas preguntas, amigo Borge. Como de costumbre, no sé si lo he entendido todo bien, pero se hará lo que se pueda. Allá vamos.
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1. ¿CUÃNTO TARDÃIS EN ESCRIBIR UN EPISODIO?
Una pregunta concreta, una respuesta concreta: no tengo ni idea. Y dirá usted: “¿cómo es posible?”. Pues… es que eso varÃa de una serie a otra y, si me apuran, hasta de un capÃtulo a otro de la misma serie. Depende mucho de la forma de trabajar de cada equipo de guionistas. Unos dedican más tiempo a las escaletas (aplauso para ellos, vÃrgenes prudentes que siempre tendrán aceite en sus lámparas), otros más a la escritura o a la revisión o la venta. También depende del ritmo de rodaje, como es lógico. No se emplea el mismo tiempo en escribir una diaria que en escribir una semanal. Y tampoco tarda lo mismo un capÃtulo normal que el especial de navidad o el último de la temporada.
Total, que no tengo ni idea. Pero es que además tampoco me apetece especialmente tenerla. Cuando nos toca escaletar, escribir o revisar, yo pregunto al jefe o al compañero más cercano: “¿Cuántos dÃas tenemos?” o “¿Para cuándo lo quieren?” y me quedo con la respuesta y ya. Asà que, amigo Borge, a su pregunta responderán dos compañeros, uno de AÃda y uno de La familia Mata.
Y dice el de AÃda:
En AÃda tenemos dos dÃas de escaleta, uno de venta, uno de mezcla, tres de escritura, uno de pegada, cuatro de segunda, dos de revisión, cuatro de tercera, uno de revisión, tres de cuarta . Uno de italiana y el mismo de quinta… en total, 23 dÃas de capÃtulo.
Muchas gracias, compañero. Y ahora, la explicación.
-Dos dÃas de escaleta.
¿Recuerdan lo que hablamos respecto a escaletar? Es importante y hay que hacerlo bien. Cada capÃtulo tiene tres tramas y un running, que es como una trama pequeñita. Hay que plantear claramente cada trama, su detonante, los personajes que intervienen en ella, los pulsos, los puntos de giro y la resolución. Si los personajes tienen un raccord muy marcado (por ejemplo, si Paz y el Luisma acaban de romper), hay que respetarlo e integrarlo en el capÃtulo como buenamente se pueda. Dos dÃas no parece un tiempo excesivo para hacer todo eso.
-Un dÃa de venta.
Cuando ya tiene uno bien cerraditas sus tramas y hasta ha pensado en bonitos chistes para adornarlas, toca vendérselas al jefe. Se le sienta y se le explica todo el asunto, trama por trama y pulso por pulso. Si al jefe no le convence alguna cosa, sugiere cambios o sugiere que los sugieras tú. Normalmente, las objeciones son del tipo “hicimos una muy parecida hace dos capÃtulos”, o puede que “la resolución es un poco tramposa”, o hasta algo tan prosaico tal que “para eso necesitamos demasiada figuración”. Da un poco lo mismo. El caso es que hay que rehacer lo que falla y volver a venderlo. Si a la segunda cuela, estupendo: a mezclar.
-Un dÃa de mezcla.
Con la escaleta ya vendida, se sienta uno frente al teclado y mezcla las tramas y el running. No es, o no suele ser, demasiado complicado. Algunos personajes aparecen en más de una trama, porque viven en la misma casa, van a la misma clase, trabajan juntos o son amigos. Hay que tener cuidadito para no despistarse y dejar en coma a Fulano, si le vamos a necesitar luego en la partida de billar de Zutano y Perengano. Quitando esos detalles, mezclar es sencillo: se ordenan las secuencias y se van alternando hasta el final. Queda más o menos asÃ:
Los chicos de AÃda, muy sabiamente, mezclan las tramas usando un tipo distinto para cada una: negrita, cursiva, subrayada… AsÃ, con sólo un vistazo, se puede tener una impresión general de cómo se van alternando las secuencias. Si tienes cuatro seguidas en negrita, es que la has cagado en algún momento.
-Tres dÃas de escritura.
Ya hemos mezclado y todo es alegrÃa. Ya está colocado todo en el orden en que se verá en pantalla. Buen trabajo, chavales. Ahora sólo queda repartir las escenas entre el equipo y largarse cada uno a su casa a escribir la primera versión del capÃtulo. Esto, que parece obvio, no lo es tanto. Todo guionista escucha al menos una vez en la vida la pregunta siguiente: “¿escribÃs cada uno a un personaje?”. Algún compañero graciosillo responde que sÃ, y que él, concretamente, escribe los mejores, los más carismáticos y los más guapos. Yo les digo la verdad: no, no escribimos cada uno a un personaje, porque no se hacen asà las cosas y porque serÃa un follón de impresión. Cada uno escribe las escenas que le tocan y se preocupa de que los personajes hablen siguiendo su registro habitual.
Respecto al ritmo de trabajo que se lleva en casa, hay un poco de todo. Algunos guionistas, chicos responsables, se sientan al teclado y escriben sus secuencias el primer dÃa, dejando los otros dos para pulir y retocar. Otros guionistas (y no miro para nadie) hacen el vago durante tres dÃas como si les fuera la vida en ello y ya si eso, el último dÃa por la noche, se remangan y se ponen a escribir. Esto no es pura dejadez de esos muchachos, no. Ocurre por una razón que veremos luego.
-Un dÃa de pegada.
Se acabaron los tres dÃas de escritura. Vuelta a la oficina, a pegar las secuencias que uno ha escrito con las que han escrito los demás. Se meten en el mismo documento, se ordenan y se pulen un poquito para que parezcan una cosa compacta y no una colcha de retales. Se imprime copia para todo el equipo y hale, a leer con el boli en la mano, marcando todo lo que suene raro, mole poco o sea, objetivamente, mierda caliente. Sin piedad.
-Cuatro dÃas de segunda (versión).
Aquà es el llanto y el crujir de dientes. Ese diálogo de ritmo vertiginoso, ese chiste que sonaba tronchante en su cabeza, ese giro sorprendente y ese gag visual tan bonito van a irse para siempre al cielo de los guiones. No vale. Le falta recorrido, no se entiende, este personaje no habla asÃ, se pega con el raccord del personaje, es demasiado paródico, hay que darle una vuelta… En esta segunda versión puede irse a la mierda hasta una trama entera, que habÃa sido aceptada y hasta celebrada el dÃa de la venta de escaleta. Zas, fuera. Por eso algunos guionistas escriben la primera versión con bastante tranquilidad y sin dejarse los cuernos, porque las primeras versiones tienen una alarmante tendencia a caerse con todo el equipo.
A veces es justo que la primera versión cambie, que se le caigan cosas, que se le añadan otras. Al fin y al cabo, no es más que el primer intento, el primer borrador de lo que luego será un capÃtulo gordo y lustroso, y no merece la pena encariñarse demasiado con un gag concreto, porque es posible que haya que sacrificarlo para dejarle hueco a otra cosa. Pero a veces, la primera versión se cae simplemente porque hay revisores y tienen que trabajar para pagar el alquiler y el yogur. Y si no les gusta tu gag, pues ya te lo estás envainando. Lo que nos lleva a
-Dos dÃas de revisión.
El equipo ya tiene una nueva versión del capÃtulo, la segunda, y se la pasa al revisor, que está afilando el lápiz rojo. Para revisar un guión ajeno hay que tener un ojo bien entrenado, que detecte de inmediato lo que está bien y lo que no. Si el revisor sabe hacer su trabajo, marcará lo que no funciona, explicará por qué y propondrá otra opción. A veces es difÃcil saber por qué un gag no es lo que deberÃa ser, o por qué una parte ha perdido ritmo. A veces uno tiene una especie de intuición, pero pocas razones para explicarla. Conviene pensarlo bien antes de tirar alegremente el trabajo de otra persona, porque lo normal es que el guionista defienda lo que ha escrito, que a él le parece estupendo y correctÃsimo. Una secuencia revisada acaba teniendo, más o menos, esta pinta:
Las revisiones son momentos delicados. Hasta el guionista más veterano se encabrona cuando le tiran el fruto de su trabajo al suelo, y más todavÃa si cree que el revisor, sencillamente, no ha pillado el chiste y por eso lo tira. Otras veces no es una cuestión de ego, sino de que uno no acaba de ver el fallo que le señalan, o no cree que la nueva opción sea mejor que lo que habÃa antes. A veces hay en las revisiones una acusación implÃcita que viene a decir “os habéis tocado los huevos y este capÃtulo está que da asco”. Otras veces es la revisión lo que canta a trabajo descuidado, hecho a toda prisa en el metro o a la hora del café. A veces es obvio que el revisor está corrigiendo tontunas superficiales y pasando por alto fallos importantes, porque no se ha leÃdo el capÃtulo entero y no sabe que lo que él corrige en la secuencia doce tiene sentido solamente si lees después la dieciséis.
En resumen, que hay que tener mucho callo y mucha mano izquierda para revisar. El callo es para no confundir lo que a ti te gusta (o te disgusta) con lo que realmente funciona o no funciona. La mano izquierda es para no ofender a los compañeros, que muchas veces no van a estar de acuerdo con tus correcciones y pueden sentirse menospreciados y hasta insultados. No es un trabajo fácil y, para serles sincera, yo no querrÃa (y además, no sabrÃa) hacerlo. Si alguna vez me toca, editaré esta entrada y comentaré lo engreÃdos que son los guionistas, siempre pensando que su gag es el mejor de todos, y lo vagos, porque vamos, si ese capÃtulo está trabajado, yo me como mi sombrero…
-Cuatro dÃas de tercera (versión).
Empieza la diversión. La tercera versión, en la que se introducen todos los cambios que ha dado el revisor, se escribe con refuerzo. El refuerzo es otro equipo que ya ha entregado la última versión de su capÃtulo y entra a la sala de escritura a echar una mano. No es un mal sistema: ellos vienen frescos y ven tu capÃtulo por primera vez, lo que significa que podrán cazar fallos que tú ya no ves porque no tienes perspectiva y que podrán aportar gags nuevos, que no huelan a cerrado y a repetido.
Reforzar a otro equipo es un trabajo interesante. Si no has trabajado antes con ellos, es una buena oportunidad para aprender cómo hacen las cosas otros guionistas, lo que siempre es útil para mejorar tu propio trabajo o para conocerles un poquito mejor. Además, como el capÃtulo que refuerzas no es el tuyo, tienes menos responsabilidad sobre él y te puedes permitir trabajar sin agobios, con buen humor. Y si habÃas fichado en el pasillo a ese atractivo guionista de otro equipo, es un momento estupendo para sentarte cerca y ponerle ojitos. Todo son ventajas.
-Un dÃa de revisión.
Señor revisor, acuda a la sala de escritura: hay otra versión para corregir. A estas alturas ya tendrÃa que estar todo más o menos correcto y listo para ir a plató, pero las cosas nunca son tan sencillas. Si en la primera revisión habÃa un problema gordo, hay que asegurarse de que está solucionado y no solamente parcheado. Si hacÃa falta un gag mucho más potente para el cierre de una secuencia, a lo mejor sigue haciendo falta, a lo mejor el que habéis propuesto no es mejor que el que habÃa, y hay que seguir rompiéndose la cabeza. Como ésta será la última revisión, tiene que quedar todo clarÃsimo y explicadÃsimo. Que luego hacemos un doce de audiencia y vienen los llantos.
-Tres dÃas de cuarta (versión).
Aquà ya no hay vuelta atrás. Lo que se escriba aquà será lo que se ruede en plató y lo que se verá en pantalla. Después de dos semanas dándole caña al capÃtulo, lo normal es que ya esté todo el mundo hasta las pelotas de él y quiera pasar al siguiente, o a reforzar a otro equipo, o a rascarse a dos manos la puerta de la vida. Pero en esta última versión hay a veces hallazgos portentosos, ideas brillantes fruto de la desesperación, que pueden salvar una trama entera de ser un coñazo previsible y aburrido. Asà que en ocasiones termina uno con cierta sensación de agotamiento y hastÃo, pero otras veces se va contento a la cama, porque el capÃtulo ha quedado precioso y verás qué risas mañana en italiana.
-Un dÃa de italiana (y de quinta versión).
La suerte está echada. Se imprimen copias de la última versión del capÃtulo para todo el mundo: actores, productores ejecutivos, director y guionistas. Se baja a plató, donde los actores se sientan alrededor de una mesa y el equipo se sienta rodeándoles. Se pide silencio y empieza el show: los actores van leyendo sus parlamentos y, como pueden ver en la foto, hay gran regocijo.

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¿Para qué se hace la lectura italiana? Para cronometrar la duración aproximada de las secuencias, para probar si lo que funciona en el papel también funciona fuera, para tomarle el pulso al capÃtulo y para que todo el equipo pase un buen rato. Los actores leen, consultan dudas, meten por su cuenta alguna morcilla y, en general, se divierten. El director va pensando lo que le va a tocar rodar. Los de producción van calculando lo que necesitan. Los guionistas que no conocen el capÃtulo porque no es suyo y no lo han reforzado anotan sus impresiones.
Es raro que haya grandes cambios en italiana. Puede ser que a algún actor se le trabe la lengua leyendo un parlamento y no cuesta nada tocar dos palabras para hacérselo más fácil. A veces hay un gag escacharrante justo antes del gag de cierre de secuencia, asà que se decide dejar el bueno para el final y quitar el último. Pero lo normal es que la lectura termine sin problemas, los actores aplaudan, los guionistas (o los productores) digan “buen trabajo” y se disuelva la reunión. Habemus capÃtulo. A rodar.
Pues asà es como se escribe un capÃtulo, señor Borge. O, para ser del todo precisos, asà es como se escribe un capÃtulo de AÃda, o como se escribÃa cuando yo curraba allÃ. Otras series se escriben de otras maneras: no todas emplean el sistema del equipo de refuerzo, no todas hacen lectura italiana, no todas distribuyen sus dÃas de trabajo como lo hacen en AÃda.
A la misma pregunta respondió un compañero de La familia Mata:
Respecto a lo que me preguntas, creo que en La familia Mata más o menos eran unas tres semanas de curro por capÃtulo, incluyendo findes. Unos cuatro dÃas para escaleta, otros cuatro-cinco para primera versión (según los que estuviéramos), y luego otros cuatro para segunda, dos o tres para tercera, y alguno más de retoque. A veces era más, a veces menos.
Gracias, compañero. ¿Ven lo que quiero decir? Un episodio de La familia Mata duraba casi el doble que uno de AÃda. TenÃa más tramas y necesitaba más dÃas de escaleta. También le daba un par de dÃas más a la primera versión, para que fuera más firme y más estable a revisión y se mantuvieran más cosas. En fin, que no hay método universal y que cada serie se organiza a su manera.
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2. ¿LAS TRAMAS DE CADA EPISODIO PERTENECEN A UN GUIONISTA INDIVIDUAL, O ES UN GUIONISTA INDIVIDUAL EL QUE “MANDA” EN TODO EL EPISODIO?
Buena pregunta. Las tramas no pertenecen a nadie, pertenecen a la serie. A veces existe lo que se llama banco de tramas, que es un documento en el que se van anotando las ideas para tramar, los titulares, las premisas. Cuando toca organizar el mapa de tramas de la temporada, se va a ese documento y se buscan las que mejor cuadren. A veces no hay banco de tramas ni mapa, hay una única trama horizontal para la temporada (AÃda vuelve a caer en el alcoholismo, Paco se enfrenta a la mafia siciliana) y siempre está presente en los capÃtulos, junto a las tramas autoconclusivas que se van agregando capÃtulo a capÃtulo.
Cuando toca pensar en tramas para un capÃtulo, todo el mundo aporta algo. Para cuando las escribes, ya no recuerdas quién propuso qué, y está bien que sea asÃ, porque es trabajo de todos. A veces, si una trama es especialmente absurda, divertida, intensa o complicada, queda clarÃsimo quién la propuso, porque se oye a menudo algo como: “Si no encontramos algo bueno para esta tarde, acabaremos haciendo aquella trama de Javi, la de que a Paco le toca un choto en una rifa y tiene que llevárselo a casa”, o “¿Esta trama no se parece a la que decÃa Patri, la del triple agente infiltrado?“, o “Ya, a mà también me gustarÃa escribir la trama en la que todos se desnudan, pero se la vendes tú al jefe, ¿vale?”. Salvo esas excepciones, las tramas no tienen nombre ni apellido.
Y sÃ, hay un guionista individual que “manda” en todo el episodio. Cuando se trabaja en equipo, lo normal es que haya alguien al mando: el jefe de equipo, el coordinador o como quieran llamarlo. Tiene sentido, porque en los equipos hay distintas opiniones, distintas maneras de ver o hacer las cosas y alguien tiene que decidir qué lÃnea se sigue. A los jefes de equipo los eligen los productores de la serie y suelen ser guionistas veteranos o, sencillamente, guionistas resolutivos, capaces de tomar una decisión y tirar de ella hasta el final. Cobran más, tienen más curro y la responsabilidad última del capÃtulo es suya. Si hacen bien su trabajo, también sirven de filtro para evitar que la mierda caiga a plomo sobre su equipo cuando las cosas han ido mal: lo que toda la vida se ha llamado dar la cara por los tuyos. Y si tienen una ética decente de trabajo, se van los últimos para casa y curran más que cualquier otro miembro del equipo, porque ya decÃa el trepamuros que mucho poder conlleva mucha responsabilidad.
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3. SI OS PASÃIS EL DÃA ENCERRADOS ESCRIBIENDO CON ESOS HORARIOS EXPLOTADORES DE LA TELE, Y ENCIMA OS GUSTA LLEGAR TARDE AL CURRO, ¿CÓMO COÑO SABÉIS DEL COSTUMBRISMO DE LA CALLE QUE TAN NECESARIO ES?
Parte usted de una premisa equivocada. Los horarios de la tele no siempre son explotadores. Hay series en las que el trabajo está mejor organizado que en otras, y los afortunados que trabajan en ellas salen a una hora decente. Hay series que se escriben desde casa, con reuniones puntuales para la puesta en común y la revisión. Hay guionistas que pringan como benditos hasta las tantas de la noche, pero se acaban hartando de no ver crecer a sus hijos y se largan a otras series. Hay equipos que se van turnando para pringar y para salir pronto, hay dÃas libres, hay dÃas de poco trabajo.
En resumen, que no nos pasamos el dÃa encerrados escribiendo y que, aunque asà fuera, todos esos guionistas tienen familias, parejas, amigos, aficiones, otros trabajos, tele, cine, libros, radio y vecindario. La mayorÃa, además, han tenido algo de vida independiente antes de empezar a trabajar. Nadie vive en una torre de marfil y el costumbrismo nos llega por las vÃas que le llega a todo el mundo, sea guionista o sexador de pollos. Otra cosa es que luego se refleje mejor o peor en las series, pero eso ya es otra cuestión.
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4. ¿POR QUÉ LOS PERSONAJES TIENEN TAN POCA MEMORIA DE EPISODIO A EPISODIO?
No siempre es asÃ, pero usted pregunta por qué es asà cuando es asÃ. Bueno, porque es una convención útil para escribir comedia de situación. La diversión de este tipo de series viene dada por los conflictos entre los personajes. Si tenemos un personaje que es un cabrón con pintas, como Mauricio en AÃda, el Frutero en Siete vidas o George Costanza en Seinfeld, buena parte de su gracia es que sea un bastardo egoÃsta que no deje pasar nunca la oportunidad de joder al resto, bien para obtener algún beneficio o bien porque le sale de las tripas.
El problema es que, para poder seguir escribiendo en clave de comedia, hay que dejar a los personajes más o menos en el mismo punto en el que estaban cuando comenzó el capÃtulo. Si Mauricio le hace al barrio una putada extrema y el barrio reacciona como serÃa lógico, adiós a nuestro personaje. Nadie volverÃa a hablarle y no tendrÃa mucho sentido mantenerle en el bar. Asà que las reacciones de los puteados son del tipo “yo a ti te mato, desgraciado”, pero sólo de boquilla. Al dÃa siguiente, como usted apunta, nadie recuerda nada y todos siguen tan amigos. Es una convención y el espectador la acepta para seguir viendo la serie. ¿A usted le extrañaba que Mortadelo y Filemón siguiesen trabajando en la TIA después de haberla cagado una y mil veces? ¿A que no? Aceptaba que las cosas eran asà y seguÃa leyendo los tebeos.
Esto no se aplica solamente a la comedia, naturalmente, y ni siquiera es siempre necesario para escribirla. Depende mucho del tipo de serie que uno escriba, del tono de la misma, de otros factores. Pero si su pregunta iba por ahÃ, por lo rápido que los personajes olvidan las pifias, las putadas y los malos rollos, esta es la mejor respuesta que puedo darle.
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Con esto terminamos por hoy, Amigos. Muchas gracias, señor Borge, por sus interesantes preguntas. Si alguna respuesta no le ha quedado clara o no le ha gustado nada, sÃrvase pasar por la sección de comentarios a contárnoslo. Y si usted, Amigo Lector, quiere hacer lo propio, o detallar algún aspecto de la escritura de guiones, o contar un chistazo que nos deje a todos retorciéndonos en el suelo, también tiene licencia para hacerlo. Yo me voy a limpiar mi casita y a leer un capÃtulo que hay que revisar el lunes. Pasen un buen domigo, señores.
Y, por supuesto, tengan cuidado ahà fuera, donde se nos acaba el verano y se acerca el invierno.
13 Comments
Espléndido post! Una respuesta sintética a todos aquellos que preguntan cómo se hacen los guiones. (Lo del ¿Tu a que personaje escribes? es un clásico recurrente que llega ¡hasta a aparecer en un capÃtulo de Los Soprano!)
Me asombra la sistemática tan aritmética que tenéis. En los culebrones es todo más a mata caballo, no hay tiempo para tantas revisiones, las escaletas son ultrarrápidas, apenas hay feedback con los actores… Bueno y lo de la mesa italiana, es ciencia ficción directamente.
Didáctico e interesante. Olé!
Dos preguntas.
a) Has comentado que hay una parte donde cada guionista se ocupa de sus escenas. ¿Qué se entiende en ese caso por escena? ¿los diálogos que se aplican la trama y el running? ¿O el guionista puede añadir situaciones?
b) Se supone que estas series están dirigidas a un determinado tipo de público generalista. ¿Implica eso que determinados gasg quedan descartados por buenos que sean si no se ajustan al tipo de humor que se supone ha de tener la serie?
¿Esto se plantea previamente?
c) No sé si es una impresión mÃa y si en realidad esto tiene que ver con el trabajo de guión que explicas, pero parece que se abusa en la series españolas del gag “gritón”. Los personajes dan muchas voces en las series españolas, se gritan entre ellos, gritan al que pase por ahÃ, gritan como parroquianos de taberna andaluza. ¿Por qué carajo gritan tanto?
Bueno, dos preguntas y otra que es un suplemento : )
claro que responde a mis preguntas, y muy bien, y con info muy detallada y de la que aprender un montón. Hombre, usted ya me conoce y seguro que ha sabido que la tercera y cuarta pregunta tenÃan algo de mala intención, por aquello de cómo trata la televisión a sus trabajadores (recuerda aquel comentario de la primera entrada sobre el tema que hablaba de aquel guionista de the wire que se habÃa pateado antes baltimore quince años? al final es algo similar, llevado al extremo en the wire aq aquel hombre lo hiciera por ser poli y no por ser guionista), y por aquello de que, lo explica usted muy bien, aceptar la convención de lo que no se recuerda es digno de narrativas que aceptamos cuando nuestra estructura mental está por desvirgar. Aq, por qué no reconocerlo, es cuando más se disfruta de la narración.
Muchas gracias, y, santo dios, casi me siento culpable del pedazo de esfuerzo!!
petonets
Se estructura pensando en los cortes publicitarios o ya se ha tirado directamente la toalla? (para qué nos vamos a romper la cabeza engordando o adelganzando tramas para colocar el climax en tal o cual minuto si al final van a cortar donde les de la gana?)
Gracias por la entrada y un saludo,
Recientemente tuve que pasar una semanita en un hospital tropical sin otra diversión que la tve internacional en la que aparte de repetir hasta el cabreo las noticias del dÃa, pasaban “amor en tiempos revueltos”; en el culebrón caÃan en uno de los vicios que menos soporto en un guión. Un personaje aparentemente fallecido y muy llorado por sus amigos, reaparece bajo otra identidad sin que sus amigos vayan más allá de la sorpresa por el parecido con su difunto amigo. Incluso su antigua amante tampoco parecÃa reconocerlo.
Esto vale también para los que se ocultan bajo una ridÃcula máscara. Me pone del hÃgado.
Que sepáis que el mismÃsimo Mauricio Colmenero se presenta a las elecciones provinciales de México
http://www.senoritapuri.com/2009/07/marcando-la-diferencia-6-especial.html
Señor Gaspar, no hay nada, nunca hay nada, detrás de la máscara; o, mejor dicho, tras la máscara tan sólo existe un mono, un patético y vacilante mono erguido de poco pelo, que aborrecemos y del que nos librarÃamos si pudiéramos. Pero no podemos.
Lo único que nos es dado en la vida es a construir una máscara más o menos lograda, más o menos interesante, más o menos bella.
Lo que sucede es que el común de los mortales se conforma con el modelo de máscara estándar que le ponen sus padres, sus amigos, sus colegas, su consorte…y tan pegada lleva la máscara a la piel que cree que es su verdadero rostro.
Primero que todo, quiero que mi saludo fraternal abarque desde el anfitrión de esta sala de conocimiento hasta todos los asiduos visitantes. Mi nombre es Rubén Escobar y soy Guatemalteco.
Quiero…, con respeto por supuesto, salirme del tema actual (los guiones), para comentarles que buscando una información tuve la dadiva del destino de encontrarme con ustedes en este basto mundo de la web, mundo que a somero aparenta ser inútil y destructible, pero que tiene un nucleo virgen e incorruptible que se sostiene gracias al trabajo como el de ustedes. Yo en lo personal y después de leer casi todos los temas y comentarios que aqui se exponen, me siento como un ignorante de piez a cabesa, y les explico ¿porqué?.
Pués resulta nada más y nada menos, que me autotitulé de escritor y hace unos dos meses comence a escribir una “historia de ficción”, del tipo detectivesca. El sabado por la noche buscando la tan perdida información, me tope con este sitio y me quede enganchado,
es precisamente lo que siempre quise encontrar, un lugar donde la información este entregada sin tanto adorno ni parafernalia, he aprendido de todo lo que aqui se ha citado y también aprendà que escribir no es tan sencillo como tirarse un pedo, o hacer el ridÃculo en una cantina después de unos cuantos guaritos. Sin embargo y con una sinverguenza lozania, voy a continuar con ese escuetÃsimo gusto adquirido (Adquirido porque aqui en mi pais es muy poco el que gusta de leer un libro y mucho menos de escribir uno), me vestire con infulas de gran escritor, me colocaré el sombre de ignorante conocimiento, me pondre los zapatos llenos de incertidumbre y si algún dÃa llego al término de esta decisión…, les contaré. De vez en cuando los visitare. Me gustarÃa crear una sesión con ustedes, talvez me informan como poder hacerlo. Gracias y termino con una réplica chafa de la frase con que finaliza el anfitrion…,
Tengan cuidado ahà afuera, donde la ignoracia los puede encontrar desnudos al cruzar cualquier esquina.
¡Cuántas cosas aprende una! Gracias por esta ojeada a su mundillo… quién pudiera verles por un agujerito. Según leo casi me parece que es más divertida la reunión de guionistas que la serie en sÃ.
Una preguntita, ¿alguna vez, si son lo suficientemente generales, parte de esas tramas y gags que se quedaron por el camino en un capÃtulo encuentran sitio en otras temporadas o series como quien hace unas croquetas con los restos del pollo al horno?
Un saludo,
Sibila.
Esa foto es un flasback inquietante
Respuestas traigo:
-San Román: a mà hace mucho que no me lo preguntan. Ahora oigo cosas como “¿por qué son todos los actores tan malos?” o “¿por qué se copian tramas de series americanas?”. Sigh.
-Estoy harto de ser buena: es que no es siempre asÃ, ya le digo. No todo el mundo sigue estas pautas, y a veces ni siquiera siguen en los sitios en los que, en teorÃa, se siguen siempre. Escribir culebrón, por otra parte, tiene que molar bastante.
-Bigote Prusiano: gracias por venir y por sus preguntas. Las contestaré en otra entrada, si le parece bien, y asà se enteran los Amigos Lectores que nunca visitan la sección de comentarios.
-Goio Borge: gracias a usted por sus preguntas. Ningún esfuerzo. O sea, sÃ, pero muy placentero.
-Szalai: lo mismo le digo. Muchas gracias, me guardo su pregunta para una futura entrada. A ver si cae pronto.
-Gaspar: pues hombre, yo no veo culebrón, pero ese tipo de cosas le son tan propias que ya forman parte de la cultura popular. Yo creo que ya se autoparodian sin ningún apuro.
-Señorita Puri: gracias por el enlace, ha habido gran regocijo entre los compañeros.
-Davy Jones: qué seriote se ha puesto usted de repente. ¿HabÃa dormido mal, o algo?
-Señor Escobar: gracias por venir y por comentar. El único consejo que puedo darle para la cosa de escribir es lo que dijo Cervantes: “Llaneza, muchacho; no te encumbres, que toda afectación es mala”.
-Sibila: mil gracias por venir. Archivo la pregunta. La responderé en la futura entrada, que estoy viendo que voy a currarme en horario de oficina, porque aquà estamos ociosos como perretes al sol.
-Frank: pues iba a poner otra en la que salÃas muy risueño, pero era demasiado grande. Ya caerá, ya.